Las enfermedades no
trasmisibles como los cánceres, la diabetes, las enfermedades cardiacas y
pulmonares son la principal causa mundial de defunción. Actualmente las enfermedades
no trasmisibles matan a 40 millones de personas al año. De esas muertes, 15
millones son prematuras (en personas de 30 a 70 años), y 7 millones se producen
en países de ingresos bajos y medios-bajos.
La mayoría de las muertes por
ENT se podrían haber evitado mediante la adopción de medidas contra el tabaco,
la contaminación del aire, las dietas malsanas, la inactividad física y el
consumo nocivo de alcohol, así como mediante la mejora de la detección y el
tratamiento de las enfermedades.
Un paso vital es que todos los
países adopten medidas para la reducción del consumo de productos de tabaco. Cuando los gobiernos implementan políticas
efectivas de control del tabaco, el consumo de tabaco disminuye. Más abandono y
menos iniciación del consumo de tabaco contribuyen a un mayor bienestar social.
El éxito del control del
tabaco también perjudica la salud financiera de las empresas tabacaleras. Por
consiguiente, las compañías tabacaleras actúan por su interés, por ejemplo, por
cabildeo agresivo y litigio contra políticas gubernamentales de control del
tabaco, entre otras tácticas.
El control del tabaco se
enfrenta a un enorme enemigo, desalentador, altamente rentable y políticamente
bien conectado, impulsado a ampliar sus clientes para maximizar los beneficios,
la industria tabaco. Sin embargo, hay pasos proactivos en el control del
tabaco.
En su afán por promover el uso
del tabaco, la industria tabacalera perpetró regularmente interferencias no
éticas, y con frecuencia ilegales, en las políticas de control del tabaco que
salvan vidas. Aunque las compañías tabacaleras compiten por la participación en
el mercado, a menudo se confabulan para contrarrestar los esfuerzos del
gobierno por el control del tabaco, o apoyan a “grupos fachada” para que hagan
el trabajo por ellos. Otras estrategias implican una tergiversación abierta de
evidencia científica para confundir al público.
En ese sentido, los jefes de
estado expresaron en su declaración: “El conflicto de interés es fundamental e
irreconciliable entre la industria del tabaco y la salud pública, seguiremos
implementando medidas de control del tabaco sin ninguna interferencia de la
industria tabacalera”.
Es así como la República
Dominicana se comprometió a trabajar sobre la base de cuatro líneas
estratégicas de acción que consisten en aplicar medidas para el establecimiento
de ambientes completamente libres de humo de tabaco y para la adopción de
medidas efectivas sobre el empaquetado y etiquetado de los productos de tabaco
como una prioridad.
También, como segundo aspecto,
se trabajaría en implementar la prohibición de la publicidad, la promoción y el
patrocinio de tabaco y adoptar medidas para reducir la asequibilidad al mismo.
En estos momentos en la Cámara
de Diputados se discute un Proyecto de Ley que busca implementar las medidas necesarias
para reducir el consumo de tabaco en nuestro país y sus consecuencias en la
salud y la economía de los dominicanos.
Alianza
Dominicana Antitabaquismo -ADAT.
Contacto:
809-580-8877; direccionejecutivafundo@gmail.com
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