Por David Lorenzo
Santo Domingo, RD. - Como es de conocimiento público, el martes de esta semana el Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional condenó a 20 años de prisión a dos hombres encontrados culpables de asaltar la sucursal del Banco Popular Dominicano, ubicada en la avenida Luperón esquina Olof Palme, de la ciudad de Santo Domingo, el 3 de junio de 2024.Las juezas Arlin Ventura
Jiménez, Leticia Martínez Noboa y Evelyn Rodríguez acogieron en parte la
solicitud del Ministerio Público y dictaron prisión de 20 años para
Jorge Luis Estrella Arias, alias "El Modelo" y su primo Eddy Enmanuel
Segura Arias.
Sin embargo, Alberto Ezequiel
Estrella Arias, quien alquiló la yipeta en la que se hizo el atraco, y es
hermano de Jorge Luis, fue absuelto del proceso, con una muy débil
argumentación.
Lo dejaron libre, porque según
las juezas, las fiscales Magalys Sánchez, Laura Vargas y Carlenny Camil no
pudieron demostrar que, al alquilar el vehículo utilizado en el robo, éste
tenía conocimiento del plan a ejecutarse", lo que significa que ellas supuestamente
son unas incompetentes porque no lograron sentenciar a un implicado de un hecho
delictivo tan simple.
De acuerdo a la imputación,
Alberto Ezequiel fue la persona que alquiló el vehículo, una yipeta marca Kía,
modelo Sorento y color negro, a un dealer propiedad del señor Manuel Antonio
Matos, el 31 de mayo 2024.
De acuerdo a las informaciones
contenidas en el expediente, el joven fue un día antes del asalto, al
cajero del Banco Popular a realizar una transacción de RD$ 10,100.00 para pagar
el alquiler del vehículo.
Días después que se perpetrara
el asalto, y de acuerdo a la acusación, Alberto Ezequiel se puso en contacto
con el dueño del dealer para pedirle que cambiara el contrato y pusiera a su
hermano ultimado por las autoridades, como la persona que alquiló la yipeta, y
no él, es decir, que intentó manipular el proceso.
A pesar de todo eso, las jueces
creyeron "su inocentada", al entender que la participación de Alberto
Ezequiel se limitó al alquiler de la yipeta usada y, en virtud del principio de
“la duda razonable”, que favorece a los acusados, no se pudo aplicar la
responsabilidad penal en su contra, porque él fue un "joven ingenuo"
y estaba “ajeno” a lo que iba a pasar y a lo que pasó.
Durante las investigaciones la
Policía dio de baja a Richard Michel Estrella Arias, también hermano de
Jorge Luis, y a Johan Ballard Aybar (alias Beberrá) a quienes también se les
acusó de perpetrar el asalto bancario donde sustrajeron la cantidad de 1,685,723.68
pesos.
Entiendo que bajo esa tesis de “la
duda razonable”, el tribunal también debió absolver a Jorge Luis Estrella Arias
y su primo Eddy Enmanuel Segura Arias, porque quizás ellos tampoco sabían lo
que hacían, y tal vez se introdujeron sin querer en el Banco Popular, y lo que
realizaron no fue un atracó, sino un ensayo para una película de ficción.
Para terminar de empeorar las
cosas, luego del ridículo fallo, hasta las fiscales calificadas de “incompetentes”
por el tribunal, dijeron que ni siquiera saben lo que van a hacer, porque van
“a analizar” si apelan la sentencia en cuanto a la absolución de Alberto
Ezequiel cuando esta salga de manera íntegra el 8 de mayo.
Creo que esto es un ejemplo de
que la República Dominicana es uno de los países donde los delincuentes,
asesinos, narcotraficantes, pandilleros, estafadores y corruptos pueden
recobrar su libertad y salir airosos de sus procesos con mucha facilidad,
porque la justicia tiene muchas goteras, y porque los jueces siempre se apoyan
en la supuesta incapacidad del Ministerio Público para castigar los hechos
punibles, aunque se presenten expedientes con miles de páginas y pruebas.
Dado ese fallo judicial, ya los
delincuentes deben saber que en República Dominicana pueden alquilar vehículos
para robar, atracar, secuestrar y hasta asesinar, porque con toda seguridad
saldrán libres, ya que los fiscales no podrán demostrar el motivo de esos
alquileres, y los jueces creerán los cuentos de que son inocentes, porque, al
fin y al cabo, las llamadas “dudas razonables” favorecen al delincuente.
El autor es periodista y abogado de la
República Dominicana.
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