Articulo Opinión por
Carlos de León
En
República Dominicana, el matrimonio parece estar atravesando una crisis
silenciosa. Las estadísticas más recientes revelan que por cada dos
matrimonios, se registra un divorcio. En 2024, se documentaron 15,115
separaciones legales, y desde 2021, el índice de divorcios ha superado el 60%.
Esta tendencia, que se intensificó tras la pandemia, no solo plantea
interrogantes legales y sociales, sino también espirituales y emocionales.
Una realidad que interpela
- Desde el inicio de la
pandemia, los divorcios aumentaron un 11.5%, mientras que los
matrimonios disminuyeron un 6.7%.
- La pandemia no solo trajo
enfermedad, sino también aislamiento, presión económica y conflictos
domésticos que muchas parejas no lograron superar.
- Hoy, 6 de cada 10
matrimonios terminan en divorcio, una cifra que nos obliga a mirar más
allá de los números.
La mirada cristiana: ¿Dónde quedó
el pacto?
Desde la
perspectiva cristiana, el matrimonio es un pacto sagrado, no solo un contrato
legal. La Biblia lo describe como una unión que debe reflejar el amor de Cristo
por su iglesia: sacrificial, paciente y perdurable.
“Lo que
Dios ha unido, que no lo separe el hombre.” Mateo 19:6
Sin
embargo, en tiempos de crisis, muchos matrimonios se enfrentan a desafíos que
parecen insalvables. La falta de perdón, el orgullo, la infidelidad y la
desconexión emocional erosionan el vínculo. Las iglesias están llamadas no solo
a celebrar bodas, sino a acompañar a las parejas en su caminar,
ofreciendo consejería, oración y comunidad.
La psicología y las terapias:
sanar antes de romper
Los
psicólogos advierten que muchas parejas llegan al divorcio sin haber intentado
procesos terapéuticos. La comunicación deficiente, los problemas
económicos, la infidelidad y la incompatibilidad de caracteres
son causas comunes, pero no siempre irreversibles.
La
terapia de pareja puede ayudar a:
- Identificar patrones tóxicos
de interacción
- Reconstruir la confianza
- Aprender a negociar
diferencias
- Fortalecer la intimidad
emocional y física
No todos
los matrimonios pueden salvarse, pero muchos se rompen por falta de
herramientas, no por falta de amor.
Sociología: el cambio de
paradigma familiar
La
sociedad dominicana ha cambiado. La familia tradicional está dando paso a
nuevas configuraciones: hogares monoparentales, familias reconstituidas, y
parejas que optan por no casarse. El divorcio ya no es un tabú, pero su
normalización también trae consecuencias:
- Niños que crecen entre dos
hogares
- Adultos que temen
comprometerse
- Comunidades que pierden
referentes de estabilidad
La
socióloga Carmen Imbert Brugal señala que “el divorcio no es solo un asunto
privado, sino un fenómeno que redefine la cultura, la economía y la política”.
¿Qué podemos hacer?
- Desde la fe: promover el valor del
perdón, la paciencia y el compromiso.
- Desde la psicología: fomentar la educación
emocional y el acceso a terapias.
- Desde la sociedad: crear políticas públicas
que fortalezcan la familia y no solo la legalidad del divorcio.
- Desde cada hogar: cultivar el amor como una
decisión diaria, no solo como una emoción pasajera.
El
divorcio, aunque legalmente permitido, no debe ser la primera opción ante las
dificultades. En tiempos de crisis, más que nunca, necesitamos volver a mirar
el matrimonio como un proyecto de vida, una alianza que merece ser cuidada,
sanada y celebrada.
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