Comunicador y profesor, con
más de 20 años de experiencia en los medios de comunicación, Alvarado, con su
disertación trata de generar en los cristianos el deseo de involucrarse en l
política, entendiendo que muchos religiosos tienen el llamado de participar en
los gobiernos de su país, y con sus explicaciones busca orientarles sobre cómo
lograrlo, potenciándolos para que pueden desarrollar todas sus capacidades con
eficacia.
Alvarado, quien también fue
sido diputado en Costa Rica, insiste en que de nada sirve ser cristiano, si al
incursionar en la política no se presta atención a brindar ayuda y apoyo a los
más necesitados, al tiempo en que recalca que al administrar los recursos
públicos se debe ser ejemplo, evitando las tentaciones tradicionales, las
ansias de poder y dinero, el enriquecimiento ilícito, así como el tráfico de
influencias, entre muchas otras acciones que riñen con la honestidad.
Sin embargo, no se limitó a
exponer sobre cómo formar parte de estructuras política partidarias, sino que
fue enfático en que para administrar ¨la cosa pública¨, hay que prepararse y
citó varios planteamientos contenidos en la Declaración de Jarabacoa, resultado
de una reunión realizada, en 1983 en República Dominicana, en donde un grupo de
pastores, teólogos y políticos de Latinoamérica se reunieron para reflexionar
sobre los cristianos en la política.
En el encuentro, explico Alvarado, de se llegó a la conclusión que: ¨El cristiano puede involucrarse en
la política, pero debe hacerlo en el marco del entendimiento y la preparación
en áreas importante para la sociedad¨.
Durante su estadía en el
país, Alvarado agotó una intensa agenda de reuniones y encuentros con líderes
de distintos sectores.
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